Me puse seria con él, y entonces él dejó de jugar a los policías y se desmoronó. No sé si lloraba, pero me decía muy triste que quería volver Mujeres guapas porque me echaba mucho de menos, que se sentía muy sólo y que no podía olvidarme.
Tentada estuve de hablarle con voz cariñosa y decirle “eh?! Die, que ya sabes que no estás sólo, que no quiero que me olvides y que yo también te echo de menos”. Pero en vez de eso me salió una voz firme y seria que dijo “Diego por favor, no te hagas el mártir ahora. ¿A qué viene esto?”.
No me contestó. Me arrepentía de haber sido dura con él pero no quiero que se me suba a la chepa y use la demagogia enlace.
“Venga Diego, es sólo un momento de bajón, no te pongas así”. Pero él seguía en sus trece erre que erre. Le dije que no pensaba volver a hablar de nosotros ni de si estábamos haciendo bien o mal, le dije que cuando se le pasase la rareza me llamase. Colgamos el teléfono.
Me quedé muchísimo rato mirándolo, como si fuese a sonar porque yo lo desease. Me sentía fatal por haber sido tan dura, porque no sabía si había hecho bien o le había dado la espalda en un momento en que él me necesitaba.
Le mandé un sms “Espero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras y que sigo estando aquí.Te quiero, un beso”
No obtuve respuesta. No me llamó, ni me contestó. Ni ese día, ni ayer, ni hoy.
Y no me gustaría empezar el año estando mal con él. No me gustaría haberle hecho daño, no me gustaría que pensase que le estoy dando la espalda. Tampoco me gusta el chantaje emocional. No me gustaría confundir un chantaje emocional con un bajón emocional.
Mañana le veré porque por casualidades de la vida los dos sacamos la entrada para la misma fiesta de nochevieja. Manda cojones, en los seis años que estuve con él nunca coincidimos en una, y ahora....
domingo, 22 de noviembre de 2015
jueves, 5 de noviembre de 2015
Peliculas Online
Me dí la vuelta y seguí durmiendo con una sonrisa de tranquilidad que sólo me provoca saber que estoy bien con él, que a pesar de todo estamos Peliculas Online.
Lo siguiente que oigo al coger el teléfono son los gritos (literalmente hablando) de Diego preguntándome qué cómo había escrito eso, qué porqué no le había contado nada, que cómo se me había ocurrido y otro millón de cosas más.
Yo escuchaba en silencio y él seguía con montones de preguntas para las que no tenía respuesta; bueno si que la tenía pero no era una de esas respuestas tranquilizadoras que aclaran las cosas y lo reducen todo a un malentendido. Era una de aqui respuestas que echan más leña al fuego.
“Una cosa es que yo no te cuente ciertas cosas porque pertenecen a mí parcela privada y no creo conveniente contártelas, y otra distinta es que tú te asomes a mi diario y lo leas”.
No te dije lo que hablamos con pelos y señales porque no lo creí conveniente, no te dije que B le había dicho eso porque en primer lugar no sé si es verdad y en segundo lugar no quiero que sientas que tus amigos te traicionan. Fue una forma de protegerte, quizás una forma muy estúpida pero ya sabes que a veces me comporto como tal.
Después de los gritos tú también te quedas callado. Luego empiezas a llorar y me rompes el corazón; esta vez no es demagogia, no lloras para darme pena sino porque tú pena es tan grande que se te escapa de las manos.
Lo siguiente que oigo al coger el teléfono son los gritos (literalmente hablando) de Diego preguntándome qué cómo había escrito eso, qué porqué no le había contado nada, que cómo se me había ocurrido y otro millón de cosas más.
Yo escuchaba en silencio y él seguía con montones de preguntas para las que no tenía respuesta; bueno si que la tenía pero no era una de esas respuestas tranquilizadoras que aclaran las cosas y lo reducen todo a un malentendido. Era una de aqui respuestas que echan más leña al fuego.
“Una cosa es que yo no te cuente ciertas cosas porque pertenecen a mí parcela privada y no creo conveniente contártelas, y otra distinta es que tú te asomes a mi diario y lo leas”.
No te dije lo que hablamos con pelos y señales porque no lo creí conveniente, no te dije que B le había dicho eso porque en primer lugar no sé si es verdad y en segundo lugar no quiero que sientas que tus amigos te traicionan. Fue una forma de protegerte, quizás una forma muy estúpida pero ya sabes que a veces me comporto como tal.
Después de los gritos tú también te quedas callado. Luego empiezas a llorar y me rompes el corazón; esta vez no es demagogia, no lloras para darme pena sino porque tú pena es tan grande que se te escapa de las manos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)